lunes, 23 de enero de 2017

Leucótoe.


Febo descubrió el amor adultero de Venus y Marte y le contó a Vulcano, el marido de la diosa ya nombrada anteriormente, lo que había visto y dónde había sido.
Vulcano, pacientemente, ideó la manera de vengarse de ambos: forjó unas cadenas y unas redes finas pero firmes y, cuando los amantes fueron al lugar de siempre, se vieron atrapados.
En ese mismo momento, el esposo, llamó a los demás dioses para que observaran todo lo sucedido y así avergonzar a los otros dos.
Venus se percató de que Febo fue quien los delató y por eso, también se vengó de él infundándole una pasión hacia la ninfa Leucótoe.
Una noche, el dios no lo soportó más, se hizo pasar por la progenitora de la ninfa para acercarse a ella, la besó y entonces, recuperó su verdadera forma y le dijo quién era él realmente.
El padre de la joven, al enterarse de todo lo sucedido, la enterró viva, y pese a que Febo la intentó salvar, murió. El dios para intentar recuperarla le dio de beber néctar, que al contacto con el cuerpo de la muchacha, provocó que éste echara raíces junto con una vara de incienso que atravesó la tierra.

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